Se
crean bolsas millonarias para capturar a los delincuentes peligrosos, pero
para atender a las víctimas del delito nunca hay dinero (Hikal, 2011).
Resumen
La recién naciente Victimología de manera
sistemática tiene un futuro prometedor siempre y cuando despegue su dependencia
de la que le han hecho “víctima” sus precursores y desarrolladores en México
como hija de la
Criminología. Para tal caso, la Victimología General
es el punto de partida para especializarse posteriormente, no puede entenderse
el término “Victimología” como la única que trabajará de todo un poco, pues de
no especializarse al igual que el Derecho, Psicología, Sociología y otras, ésta
igualmente vendrá arrastrando el mismo error que la Criminología : no
especializarse y estancarse.
1. El cambio de interés en el “sujeto” de
estudio: del criminal a la víctima
En algunos textos de Criminología (si no
es que en la mayoría) se señala que cuando se atiende a una pareja criminal, el
que interesa más es el delincuente, algunos exponen generalmente acerca de la
atracción hacía el victimario por el poder que representa (el criminal ha
elevado paulatinamente su protagonismo en el sistema penal hasta llegar a ser
merecedor de un sin número de derechos, no así la víctima que por lo general
debe padecer la llamada sobre victimización, en ocasiones institucional. Este
olvido de la víctima, en efecto, tiene orígenes psicológicos pues por lo común
existirá mayor identificación con el victimario por haber observado una
conducta asombrosa y por la lógica
postura de que nadie quisiera verse víctima), tomando en cuenta a Reyes Echandía; Reyes Calderón; Marchiori;
Ángeles Astudillo; Beristain; Orellana Wiarco; González Vidaurri y Sánchez
Sandoval; Barrita López; Jiménez Martínez, y Varela, Sarmiento y Reguero, poder que le inhibe de las
reglas sociales, que contradice el trabajo de la sociedad o bien común (que
sería el progreso); por otro lado, exponen el sentimiento de culpa proyectado
según Marchiori; Barrita López; Hikal, y Varela, Sarmiento
y Reguero; es decir, al conocer al delincuente se descansa que no es uno
el que ha causado daño, o que la atención se enfoca a éste.
Sin embargo,
el estudio científico de la víctima es aun más joven que el estudio científico
del criminal, si bien, del criminal ha habido durante siglos múltiples
explicaciones, a través de la
Demonología , Psiquiatría, Psicología según Reyes Echandía; Marquez Piñero; Reyes Calderón;
Restrepo Fontalvo; Silva, Zaffaroni; Marchiori; Reynoso Dávila; Tieghi;
Trujillo Mariel; Pérez Pinzón y
Pérez Castro; Orellana Wiarco; Barrita López,; González Vidaurri y Sánchez Sandoval; Rodríguez Campos y Hikal, entre otros, la víctima
escasamente surge en su descripción, o bien, se específica a manera de la
justicia restaurativa antigua.
Con el paso de
los siglos, nace por Lombroso, Ferri y Garófalo, la Criminología , que se
encargará de estudiar el fenómeno criminal en todos sus aspectos: crimen
(hecho), criminal (individuo) y criminalidad (generalidad), pero el centro de
atención fue el jurídicamente llamado sujeto activo del delito, quedando fuera
o apenas acariciada por la
Criminología , la Victimología o la atención y estudio de la
víctima de acuerdo con Varela, Sarmiento y Reguero. Sin embargo, actualmente, no
se debe olvidar la gran interrelación existente entre ambas ciencias, pues no
se concibe una sin la otra (Criminología-Victimología Criminológica o Penal),
es decir, el conocimiento del criminal y en especial de su conducta,
obligadamente debe hacerse conociendo, analizando y comparando la personalidad
y comportamiento que la víctima desarrolló durante el iter criminis o iter victimae,
según sea el caso a observar.
Al tiempo, el
paradigma de la explicación criminal, pasa a la víctima; es decir, la atención
comienza ahora a surgir en el estudio de la víctima (Clínica Victimológica): su
atención, características, tipos, participación o involucramiento en el delito,
etcétera, análisis hecho comúnmente dentro del estudio criminológico, error
aparentemente grave si se separan sus partes; por un lado, aun no se ha podido
explicar la conducta criminal y mucho menos rehabilitar al delincuente, cuando
la atención se ha tornado a los objetivos anteriores señalados para la víctima.
Y así con el tiempo surgen textos de Victimología clásicos y contemporáneos (Jiménez De Asúa, 1967; Aniyar, 1969; Neuman,
1984; Marchiori, 1998; Reyes Calderón, 2000; Beristain, 2007; Zamora Grant,
2009), ONG’s, programas especiales en la
ONU (principalmente las encuestas de victimización), entre
tantos más…
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Cómo citar este artículo:
HIKAL,
Wael S.
(2013). “La
especialización de la Victimología” Revista Digital de
Criminología y Seguridad. TEMA’S. Año II, Número 6. (p. 19-29).