Dentro de las dificultades con las que puede
encontrarse el investigador existe el caso de los cuerpos enterrados, ya sea
que se trate de una escena primaria o secundaria, el mayor desafío es encontrar
el lugar del entierro y la exhumación
del cuerpo preservando las evidencias.
El conocimiento de un hecho de estas características puede darse a
debido a un llamado anónimo, informando
de la presencia de un cuerpo en un área, o bien que el mismo fue descubierto
por algún trabajador o una persona que circunstancialmente pasaba por el lugar.
En este último caso, el lugar del hallazgo debe ser preservado de igual forma
que cualquier escena, teniendo en cuenta que el área a investigar a veces es
mayor de lo que se observa a simple vista, ya que elementos de valor en la
investigación, como prendas u objetos, ya sea de la víctima o victimario,
pueden estar esparcidos en un área mucho mayor por la acción de animales.
En el caso de una denuncia anónima, informando que
una persona fue enterrada en una superficie, puede existir la posibilidad que
dicho lugar sea muy extenso y el perito deberá recurrir a una serie de
elementos para lograr la localización del cadáver.
Una observación a simple vista permitirá distinguir
el área donde se encuentre vegetación perturbada, lo cual indicara la
posibilidad de que se trate del lugar que se busca, siempre que el tiempo
transcurrido desde el momento del entierro no haya sido muy prolongado, ya que
la vegetación volverá a crecer y este signo desaparecerá.
El uso de cámaras infrarrojas es de ayuda en estos
casos, teniendo en cuenta que un cadáver, cuando se encuentra en proceso de
putrefacción, emite calor. Pero el uso de cámaras térmicas no arrojara resultados positivos si el cuerpo
ha sido enterrado recientemente o por el contrario, si lleva en ese lugar largo
tiempo y ya no quedan tejidos blandos.
Cuando se realiza una inspección a pie, unos de los
elementos necesarios para realizar dicha tarea consta de una vara metálica, de 1 centímetro de
diámetro y 1.5 metros
de largo, la misma posee en uno de sus extremos una terminación en forma de “T”
para asirla y en el extremo opuesto una terminación en punta para darle filo.
Cuando se
localiza un sector blando, lo cual da indicios de tierra removida y por
consiguiente, de la posible presencia del lugar donde se localiza un cuerpo, se
debe detener el sondeo, para evitar dañar el cuerpo u otros elementos de
prueba.
Para evitar realizar una excavación, se puede
utilizar un detector de vapor,
mediante el cual se detecta sulfuro de hidrogeno, fosfuro de hidrogeno, dióxido
de carbono, amoniaco. Los cuales son indicativos de la presencia de un cadáver,
debido a que son gases que se forman con la descomposición de un cuerpo.
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