La educación de
la Criminología-Criminalística en México se ha convertido en un negocio fuerte
para las escuelas particulares, no lo mismo, ha sido el nulo interés por las
escuelas públicas y la vinculación gubernamental. El criminólogo-criminalista
mexicano de licenciatura es un profesional con un poco de todas las áreas y
nada de propio, tiene amplia visión de acción, pero poca ejecución, esto
traducido en el desempleo profesional, así como la falta de invenciones,
estrategias de intervención, participación política, asesoría gubernamental,
ineficiente prevención del crimen tratamiento penitenciario y reinserción, sin
teoría criminológica propia, y una Pedagogía Criminal ya obsoleta e
ineficiente, así como la falta de conocimiento especializado como las
Criminologías Específicas. La Criminología mexicana, en comparación con la de
otros países, está a muchos años de dar resultados sociales, políticos
laborales, académicos y científicos.
1. EL DESARROLLO CIENTÍFICO
Más allá de
definir el problema de la falta de presencia científica de la Criminología, de
la deficiente prevención del delito, tratamiento penitenciario, carente
infraestructura en las áreas correspondientes, entre otras, el análisis ha de
basarse en los aspectos previos a estos, que se pueden atribuir en este caso al
área académica donde se forman a los futuros operadores de las funciones antes
mencionadas. Todos los involucrados en el área de acción de la
Criminología-Criminalística saben, que hay carencias, podría casi afirmarse que
no hay comunión en poder decir que algún área clínica, preventiva y forense,
cumpla con los criterios máximos de funcionamiento, siempre se mantienen en
estándares de mínimos necesarios para operar.
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